domingo, 15 de noviembre de 2015

Fernando del Paso / La inercia de México revela la falta de voluntad para cambiar



Fernando del Paso

“La inercia de México revela 

la falta de voluntad para cambiar”

Fernando del Paso, un grande de la literatura mexicana, recibe a EL PAÍS

Es una de las escasas entrevistas que concede


El escritor Fernando del Paso posa en su casa de Guadalajara. / SAÚL RUIZ
A Fernando del Paso le llevó años de minuciosa investigación narrar la triste suerte de Maximiliano de Habsburgo, emperador mexicano entre 1864 y 1867, y de su esposa, Carlota. El novelista, dibujante y ensayista es un estudioso y se puso a la tarea de describirles. Tres páginas enumerando los títulos de Carlota. Folio y medio para describir el color de los dientes de Maximiliano. El resultado es Noticias del Imperio (1987), su gran obra, en la que explora uno de los episodios “más bellos y surrealistas” de la historia de su país. Llegaron y esperaban que les recibirían con entusiasmo y honores. La historia los llevó por otros senderos. A Maximiliano lo fusilaron en Querétaro en 1867. Carlota enloqueció y murió en 1927, el mismo año en que Charles Lindbergh emprendía el primer vuelo a Europa.
Él es Fernando del Paso, natural de la Ciudad de México, nacido en 1935. Él es Fernando del Paso, escritor, dibujante, novelista, diplomático, académico, autor también de José Trigo y de Palinuro de México. Él es Fernando del Paso, quien tiene dificultades para hablar desde que sufriese un infarto cerebral. Pero su lucidez sigue intacta. A algunas de las preguntas de EL PAÍS respondió por escrito; a otras, en persona. Él es Fernando del Paso, uno de los últimos monstruos de la literatura mexicana del siglo XX. Basta con un minuto en su casa. Basta una mirada, una ceja levantada o un hilo de voz para dejar claro que el escritor sabe de lo que dijo, de lo que escribió y de lo que escribe.
Del Paso baja al salón vestido con una chaqueta naranja, a juego con sus gafas; la barba recortada con cuidado, una corbata colorida y una gran sonrisa. Dirige a todos una mirada de complicidad, en especial a Socorro, su esposa, con quien escribió en su día un libro de recetas que mezcla los ingredientes de la sazón y la historia, de la sabiduría y el alma, como una buena historia de amor, como sus 53 años casados.

Yo no tengo un ahora, yo no tengo un mañana. Yo solo tengo un ayer”
El salón de su casa está lleno de objetos, de libros, de recuerdos. En una mesa reposan los retratos de sus familiares, y en los muros los recuerdos de los múltiples viajes que ha realizado por el mundo y los libros que ha escrito y que le alimentan. “El contenido de este libro no es lo que yo quiero enseñar: su contenido es lo que yo quería aprender”. Él es Fernando del Paso y es una rara avis. Es un escritor que prefiere leer antes de dictar, un maestro que admira al aprendiz. “Yo no tengo un ahora, yo no tengo un mañana. Yo solo tengo un ayer”, recalca.
Pregunta. ¿Cuándo supo que quería ser escritor?
Respuesta. A los 10 años. Le hice un poema a mi madre. Muy cursi. Después hice una novela, en la adolescencia, sobre un soldado húngaro. Me había interesado en la I Guerra Mundial. Escribí 175 páginas.
P. ¿Y qué hizo con ellas?
R. Las tiré. No me gustó.
P. ¿Ni siquiera las tituló?
R. No.
P. ¿Qué le dijeron sus padres cuando les comentó que quería ser escritor?
R. Mi padre, que me iba a morir de hambre. Mi madre siempre me apoyó.
P. Usted ha dicho que es un novelista que trabaja con música y se embriaga con poesía.
R. Existe la música que escucho al escribir. Es un factor externo que estimula mi escritura: siempre he trabajado acompañado de Mozart o de Vivaldi. La música de la escritura es un producto independiente que se logra con una gran cantidad de lecturas que afinan el oído. Si una frase puede ser musical no veo por qué no usarla en lugar de una frase sin ritmo y sin cadencia. Esto no es tan fácil; supone una tarea donde se conjugan la memoria y el sentido musical.
P. La minuciosa documentación de sus novelas revela una atención por el detalle inusual en un novelista. ¿De dónde nace?
R. Estoy convencido de que para situar a un personaje en su época es necesario reflejar el ambiente en el que vive y se desarrolla. Para esto un novelista tiene que dar información sobre lo que se comía en la época, cómo se vestía la gente, qué pensaba, cómo se transportaba y todos esos detalles, correspondientes a la forma de vida de un momento histórico determinado. Para ello es necesaria esa minuciosidad.
P. ¿De dónde nació su curiosidad por Carlota y Maximiliano? ¿Cuál es la génesis de Noticias del Imperio?

La historia de Maximiliano me pareció trágica, bella y surrealista”
R. Desde muy niño supe que habíamos tenido un emperador rubio llamado Maximiliano a quien habíamos fusilado en Querétaro, casado con Carlota, una mujer que se había vuelto loca y que había vivido hasta 1927, el año en que Charles Lindbergh cruzó el Atlántico en un avión. Esta historia me pareció lo suficientemente trágica, bella y surrealista como para ocuparse de ella.
P. Decía un intelectual español que el franquismo dejó la idea del dogma impregnada en la sociedad de España. ¿Cree que podría existir un equivalente en México?
R. No lo creo. Salvo dogmas de la religión católica, no deberían existir otros dogmas que imperen en México que tengan el menor parecido a los dogmas franquistas.
P. ¿Cómo le gustaría que lo leyese un joven mexicano? ¿Qué le recomendaría leer?
R. Con paciencia y buena disposición de ánimo. Le recomendaría empezar con Noticias del Imperio.
P. Una tarea difícil… [La novela tiene más de mil páginas].
R. [Del Paso sonríe, como un niño travieso].
P. En 1994, cuando se produjo el alzamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), usted mencionó los fallos y desigualdades en la estructura social de México. Han pasado 20 años y la situación no ha cambiado. ¿Esto qué supone, en su opinión?
R. La derrota del idealismo y los objetivos de los zapatistas, que representaban el malestar general que había en el campo mexicano. Esta inercia revela la falta de voluntad de una sociedad y de un Gobierno por cambiar.
P. ¿Qué le parece que Claudio Magris, un escritor de Trieste, Italia, considere uno de sus referentes Noticias del Imperio?
R. ¡Magnífico! Me siento muy halagado. Y no hay que olvidar que Maximiliano y Carlota fueron virrey y virreina del Lombardo-Véneto, una región entonces dominada por el Imperio Austriaco, de modo que allí se originó el Imperio Mexicano y es natural que este episodio histórico interese a los habitantes del lugar. Magris es un gran escritor italiano que nació en Trieste, el lugar donde se erige el castillo de Miramar, residencia de Maximiliano y Carlota antes de partir para México. Noticias del Imperio cuenta con una excelente traducción al italiano hecha por la profesora Giuliana Dal Piaz y justamente el interés de Magris coincide con nuestro deseo de encontrar una editorial para una segunda edición, más grande y con mejor distribución en Italia.



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