miércoles, 18 de mayo de 2016

Keiko Fujimori / Yo soy quien manda, quien dirige, quien ordena

Keiko Fujimori

Keiko Fujimori
"Yo soy quien manda, quien dirige, quien ordena"

Infolatam/Rogelio Núñez
Madrid, 26 de julio de 2013

Once años después del final del régimen de Alberto Fujimori, el fujimorismo sigue muy vivo en parte de la sociedad peruana. Ese sentimiento de apego a la figura y la obra del exdictador lo recoge directamente su hija, Keiko Fujimori.

El secreto del éxito de Keiko Fujimori reside en que posee un voto duro de una fidelidad extrema. “Le favorece el recuerdo del gobierno del padre; hay cierta nostalgia en sectores populares en el fujimorismo como proveedor de obras, de programas sociales y de construcción de postas médicas”, dijo a la AFP el analista político Carlos Reyna.

Para el analista Fernando Tuesta, Keiko Fujimori tiene la ventaja de un fuerte piso electoral pero su problema es “una sólida resistencia”: “Keiko tiene toda una historia de amores y odios, con un electorado fiel pero también con muchos sectores que se le oponen”.



A lo largo de su campaña por la presidencia de Perú, Keiko Fujimori ha tratado de demostrar dos cosas:

Primero que tiene cualidades y capacidades para gobernar pese a su juventud (35): “cuando asumí el cargo de primera dama tenía 19 años, asumí la presidencia de la Fundación por los Niños del Perú y luego fundé la Fundación Cardioinfantil, el liderazgo me lo gané a punta de esfuerzo y disciplina, me supe ganar el respeto. Mi compromiso con la gente menos favorecida proviene de la indignación que siento. Además tengo un gran equipo liderado por Yoshiyama. Yo lidero la bancada fujimorista y es una de las más respetadas y disciplinadas. Yo soy quien manda, quien dirige, quien ordena”.

…y segundo, que no es una marioneta de su padre: “eso es absolutamente falso, soy yo quien toma las decisiones. Mi padre es una figura polémica y sé que genera pasiones a favor y en contra. Respeto a mi padre, pero no tengo problemas en discrepar. Yo estuve en contra de la tercera elección y de Montesinos”.

Keiko Fujimori ha tratado de mostrarse como una demócrata convencida alejada del autoritarismo que hizo famoso a su padre: “yo considero que el cierre del Congreso es irrepetible. Si yo soy presidenta, el Perú nunca más volverá a vivir esa situación. Mi padre fue una persona con mucha autoridad, priorizaba más el fondo que las formas y esa es una gran diferencia entre él y yo… Fue un gobernante pragmático y ejecutivo, un poco autoritario”.

Pero la sombra de su padre le persigue: “a donde voy recuerdan el gobierno de mi padre. También hay un reconocimiento a mi trabajo como primera dama, recuerda que yo he dado seis vueltas al Perú. Y me reafirmo: los últimos presidentes dejaron de estar presentes en las zonas más pobres, también dejaron de trabajar buenos programas sociales. Durante el gobierno de mi padre se hicieron 3.100 colegios, durante el gobierno de García solo 25 colegios emblemáticos, saca la cuenta”.

Keiko ha intentado convertirse en la abanderada de las necesidades de los sectores populares, sobre todo en el tema de la inseguridad: “uno de los problemas más severos es la inseguridad y no se está haciendo nada. Yo quiero paz y seguridad para el Perú y propongo un gobierno con mano dura. Así como actuamos con el terrorismo, así actuaremos con los delincuentes. Seremos duros y radicales”.

Propone incluso tácticas añejas, y posiblemente inconstitucionales, como implantar la pena de muerte y los trabajos forzados: “los delincuentes no le tienen miedo ni al juez ni a la policía. Lo que dicen es que en la cárcel ellos tendrán comida gratis y que pasado el tiempo saldrán a la calle. Mi primera propuesta es trabajo forzado para los reincidentes, hay que darles un castigo mayor. Tienen que saber que si estarán en la cárcel no la pasarán bonito…La gran mayoría respalda mi propuesta, estamos hartos de la inseguridad. Yo tendré mano dura con democracia”.

De hecho, su deseo es ser recordada así: “por gobernar con mano dura. Yo voy a derrotar la delincuencia. Yo soy la china con mano dura”.

Además, si bien defiende el modelo económico, critica cómo se ha implementado pues asegura que no ha llegado a los sectores populares: “¿Dónde están las obras? ¿Dónde está el crecimiento?…Dicen que hay crecimiento, pero no hay obras (Alberto Fujimori) sí hizo obras…fue el mejor presidente que tuvo el Perú”.

Le persigue asimismo algún feo asunto de corrupción. Keiko Fujimori y sus hermanos Hiro Alberto y Sachie Marcela deberán responder ante la fiscalía por el origen de los fondos que su padre, Alberto Fujimori, les entregó para sus estudios, estadía, alimentación y otros gastos en Estados Unidos, en los años ‘90.

Keiko Sofía Fujimori Higuchi nació en Lima el 25 de mayo de 1975. Está casada con el estadounidense Mark Vito Villanella, con quien tiene dos niñas.

Keiko asistió al colegio Sagrados Corazones Recoleta y terminó su educación secundaria en 1992. Al año siguiente, viajó a Nueva York, donde dio inicio a sus estudios en la Universidad Estatal de Nueva York, para finalizar su bachillerato con un título en Administración de Negocios de Boston University en 1997.

En agosto de 1994, tras el divorcio de sus padres se convirtió en Primera Dama de la Nación. Con tan sólo 19 años de edad y siendo aún estudiante universitaria aceptó dicho encargo de su padre, convirtiéndose en la Primera Dama más joven en la historia de América.

Tras conseguir un crédito estudiantil con Fannie Mae estudió una maestría en negocios en Columbia University, y luego trabajó en Estados Unidos en el sector privado, para regresar al Perú en 2005.

Tras la destitución de su padre como Presidente de la República, Keiko Fujimori se quedó en el país. En abril de 2006 fue elegida diputada convirtiéndose en la legisladora más votada en Perú: “los que llevamos el apellido en mi caso, por haber sido primera dama…tenemos mucho respaldo. Pero eso no es porque mi padre nos haya señalado con un dedo. Soy congresista porque 602.000 personas votaron por mí”.

Apoyada en su partido, Fuerza 2011, el fujimorismo que encarna Keiko ha mostrado su arraigo en varias ocasiones, como cuando movilizó a 10 mil personas que se lanzaron a las calles para apoyar a Alberto Fujimori cuando fue juzgado.

El fujimorismo busca rescatar las principales aportaciones del régimen, como el propio expresidente se encarga de subrayar: “el pueblo me seguirá reconociendo como el presidente que le devolvió la justicia y la tranquilidad”.

Keiko Fujimori se presentó a las elecciones presidenciales de Perú en 2011, pero la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) de Perú anunció un resultado final de 31,6 % de votos para el nacionalista Ollanta Humala y un 23,5 % para la legisladora Keiko Fujimori.

A los dos candidatos más votados les siguieron Pedro Pablo Kuczyinski, que obtuvo un 18,5 % de votos; Alejandro Toledo, con un 15,6 %, y el exalcalde de Lima, Luis Castañeda, con el 9,8 %.

En octubre de 2012, los hijos de Fujimori (Hiro, Keiko, Sachi y Kenji) presentaron una solicitud de indulto humanitario a favor de su padre argumentando que era un paciente de cáncer de alto riesgo y que su encierro perjudicaba su salud. Pero en junio de 2013 el presidente de Perú, Ollanta Humala, dijo que no le otorgó el indulto al exmandatario Alberto Fujimori porque las recomendaciones de la Comisión de Gracias Presidenciales que evaluaron el caso, que señalaron que el preso no cumplía las condiciones, le parecieron “sensatas”.






No hay comentarios:

Publicar un comentario