jueves, 28 de julio de 2016

Fotos memorables / Taxi Driver

 Cybill Shepherd, Martin Scorsese, Robert De Niro, Jodie Foster y Harvey Keiitel


FOTOS MEMORABLES
40 aniversario de ‘Taxi Driver’
Jaime Cháidez Bonilla

Dicen que el tiempo pone todo en su lugar.

Esta semana se conmemoran cuatro décadas del estreno de una película de culto dirigida por Martin Scorsese. Se volvieron a reunir en Nueva York los personajes principales de aquella cinta.

La historia de un taxista solitario que casi le costó la vida a Scorsese, tras pasar una noche con una pistola en la mano, tomando licor, deprimido porque su trabajo había recibido una clasificación X. Era tan fuerte que sólo podría ser exhibida en salas porno. Después de la noche llegó la calma y el director reeditó la escena más intensa para alcanzar la categoría R (mayores de 18 años).

Taxi Driver es una obra maestra que, en su momento, fue ignorada por la Academia (¿dónde habré escuchado esto?). La mejor película de 1976 fue ¡Rocky!, Scorsese ni siquiera fue nominado como mejor director, Robert de Niro perdió ante Peter Finch (Network), Jodie Foster también perdió ante Beatrice Straight (Network) y la genial banda sonora de Bernard Herrman fue derrotada por la música de Jerry Goldsmith en ‘La profecía’.

Ignorada en Estados Unidos, Taxi Driver fue aclamada en Cannes donde recibió la Palma de oro como mejor película.

Pasan los años y el culto crece.

Robert de Niro estaba en su mejor momento, recordemos que ya tenía un Oscar por el Padrino II (1974) y ganaría otro por Toro Salvaje (1980). Recreó a un Travis Bickle con pulcritud, pasó un mes trabajando anónimamente de taxista, se ejercitó como un guerrero ante la batalla mayor e improvisó monólogos de antología, ‘¿me estás hablando a mí?, me estás hablando a mí?’

Como los buenos libros, los buenos discos, los buenos vinos, envejecen pero aumentan su valor, por eso siempre es importante volver a ver Taxi Driver.



Taxi Driver

Es una película estadounidense dramática de 1976 dirigida por Martin Scorsese y escrita por Paul Schrader. Es protagonizada por Robert De Niro.

El filme está ambientado en la Nueva York de los años '70, poco después de que terminara la guerra de Vietnam, y se centra en la vida de Travis Bickle, un excombatiente solitario y mentalmente inestable que comienza a trabajar como taxista, incorporándose a la turbia vida nocturna de la ciudad. El reparto cuenta también con la presencia de Cybill Shepherd como la mujer que trabaja en la propaganda del candidato presidencial Palantine y de quien Travis está enamorado; Jodie Foster como una prostituta de 13 años con quien Travis forma un lazo, y Harvey Keitel como su proxeneta. El propio Scorsese realiza un pequeño cameo.

La película obtuvo varios premios, entre ellos la Palma de Oro del Festival de Cannes, y cuatro nominaciones al Oscar. Actualmente es considerada tanto una película de culto como una de las mejores de su época; también suele ser evaluada por críticos profesionales como una de las mejores películas de todos los tiempos y una obra maestra de su director.

Travis Bickle, un ex-marine solitario y deprimido que vive en la ciudad de Nueva York de fines de los años '70. Al padecer de insomnio crónico, se pone a trabajar como taxista, conduciendo pasajeros cada noche por los suburbios. También pasa tiempo en los cines porno de mala muerte y escribe un diario. Travis se enamora de Betsy (Cybill Shepherd) una voluntaria en la campaña presidencial del senador Charles Palantine. Después de ver a Betsy charlar con otro voluntario, Travis entra como voluntario en la campaña del senador, tan solo con el pretexto para hablar con ella y consigue llevarla a tomar un café. Más adelante, en una segunda cita, la lleva a ver una película pornográfica, ella se ofende, sale del cine y se va a casa sola en un taxi. Travis intenta arreglar la situación enviándole flores que serán rechazadas y llamándole en otras ocasiones por teléfono, siendo rechazado consecutivamente.

Travis comenta con un compañero sus pensamientos, pues teme que le vayan a empujar a la violencia, pero éste le asegura que todo se calmará e irá mejor. Travis comienza un programa de entrenamiento físico intenso. Compra armas y adapta una pistola para poder ocultarla en la manga del brazo. Una noche, Travis entra en una tienda antes de que un hombre intente robar, y le dispara. El dueño de la tienda se hace responsable y Travis se va. Otra noche, una prostituta menor de edad, Iris (Jodie Foster), entra en el taxi de Travis, escapando de su proxeneta, Matthew "Sport" Higgins. Higgings saca a Iris del taxi y lanza a Travis un billete de veinte dólares. Más adelante Travis contrata los servicios de Iris, pero en lugar de tener relaciones sexuales con ella, intenta disuadirla de continuar en la prostitución, y consigue citarse con ella para el desayuno del día siguiente. A Travis le obsesiona ayudarla para que regrese a casa de sus padres, y envía dinero y una carta en la que afirma que pronto estará muerto.

Después de afeitarse la cabeza al estilo mohawk, Travis asiste a un acto público en el que intenta asesinar al senador Palantine, pero los agentes de seguridad recelan de él y se ve forzado a huir sin llegar siquiera a disparar. Regresa a su apartamento y luego conduce hasta el East Village, donde se enfrenta a “Sport” Higgings. Travis le dispara y a continuación, entra en el burdel en busca de Iris. “Sport” Higgings ha quedado herido pero logra dispararle a Travis en el cuello sin llegar a matarlo. Travis vuelve a disparar y mata a Higgings, al igual que al encargado de las habitaciones del burdel y al hombre que ha pagado por los servicios de Iris, quien llora horrorizada al ser testigo de los asesinatos. Travis finalmente intenta suicidarse, pero la munición se le ha terminado.

Travis queda convaleciente, y mientras se recupera recibe una carta de los padres de Iris, agradeciéndole que salvara a su hija. Los medios de comunicación lo califican de héroe. Al poco tiempo Travis vuelve a su trabajo y se encuentra con que Betsy sube a su taxi. Ella habla de su nueva fama, pero él niega ser un héroe. Al llegar a su casa, ella baja del taxi y le pregunta de pie al lado de la ventanilla del conductor cuánto marca el taxímetro. Travis le sonríe contestándole un seco "Hasta pronto", y arranca el auto para verla por el espejo retrovisor. Luego se aleja y vuelve a perderse en si mismo, mientras contempla la ciudad.



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